
Hace años, antes de descubrir el método Konmari, tenía la necesidad de mejorar el aspecto de mi armario. Estaba ordenado, sí, pero no lo veía bonito y luminoso como yo quería. Cada sábado me dedicaba a arreglarlo doblando los jerséis y las camisetas de nuevo. La imagen de foto de revista me duraba unos días, pero al poco volvía a verse triste. Una mañana de domingo de abril, no recuerdo cómo, encontré un artículo en Internet sobre el armario cápsula o Proyecto 333. No lo había oído nunca. Aquella misma mañana lo puse en práctica y ya no he vuelto atrás.
El Proyecto 333 lo creó Courtney Carver en el 2010 buscando una vida más simple y minimalista. Consiste en seleccionar treinta y tres elementos de tu armario con los que vas a pasar tres meses. La idea es que sea tu ropa favorita, que combine entre sí para darte looks diferentes y que te sirva para el ocio, el trabajo y las diferentes ocasiones de tu día a día. En cada inicio de estación haces tu nueva selección de treinta y tres piezas o la adaptas según si viene frío o calor. Yo cuento en mi cursos y talleres que es como hacerse una maleta para tres meses.
Estas treinta y tres piezas que escoges son: ropa de calle, zapatos, abrigos y complementos, como gafas de sol, bufandas y bolsos. ¿Qué “no cuenta” en esta selección? Pues la ropa interior y de estar por casa, pijamas, bañador y ropa de deporte (que uses para deporte, ojo, no para pasear al perro).
Te cuento mi experiencia: cuando abrí el armario para vaciarlo y hacer la selección, pensé que treinta y tres estaba muy bien, pero que era solo un número, y que yo pasaba olímpicamente. Que si me quedaba con cuarenta o cincuenta piezas en vez de treinta y tres no pasaba nada, no tenía que dar explicaciones a nadie.
Con toda mi ropa haciendo una montañita encima de mi cama, empecé a escoger mis piezas ultrafavoritas y que más me ponía. Que me resultaran también cómodas y favorecedoras. Este método no implica suprimir (a diferencia del método Konmari), sino guardar la ropa aparte o en alguna caja cerrada, para tenerla disponible en el siguiente cambio de estación. Debo decir, sin embargo, a favor de la maestra japonesa, que aproveché para hacer un buen despeje a fondo y me quedé nueva y liberada.
Yo personalmente seleccioné las siguientes piezas, pero esto es libre:
- 2 pantalones largos
- 1 pantalón corto
- 1 falda
- 3 jerséis
- 4 camisetas
- 3 tops sin mangas
- 1 cazadora
- 1 fular
- 2 bolsos (uno grande y otro más pequeño)
- 1 par de sandalias
- 1 deportivas blancas
Esta era mi maleta para la primavera. Si tienes nociones básicas de matemáticas como yo, verás que son solo veinte piezas y no treinta y tres. Aluciné porque pensaba que necesitaría más ropa para vivir. Haciendo la selección me di cuenta de que normalmente solo me ponía una pequeña parte de mi armario y que el resto de la ropa me molestaba visualmente cada mañana a la hora de escoger lo que me ponía.
Como según el Proyecto 333 tenía de margen trece elementos más, añadí una blusa para que no fuera dicho, y dos pares de pendientes, dos pulseras, dos collares y tres anillos. Esto sumaba treinta. Me quedé con este número en vez de “rellenar” hasta el treinta y tres, por si al cabo de unos días quería añadir algo más de la caja (que representa que no se debe, pero era mi primera vez del Proyecto 333 y estaba insegura) o me compraba alguna cosita.
¿Y añadí algo más? Al contrario. No llegué a ponerme toda la ropa. Me ponía la que más me gustaba de mi selección, la que más me favorecía y la que me resultaba más cómoda. ¿Me compré algún capricho? Qué va. Porque paseaba por la calle con la seguridad de tener suficiente ropa y que, además, me encantaba.
Ya no volví a ordenar mi armario los sábados por la mañana porque se veía siempre despejado y relajante. Cada mañana escogía la ropa y complementos en cinco segundos y me sentía siempre bien vestida y favorecida. Tenía un armario que reforzaba mi estilo y se veía alegre y luminoso. Desde entonces, no he parado de recomendar este método en todos mis cursos y talleres. ¿Lo practicas? ¿Te animas a probar? Déjame tus comentarios porque me encantará leerlos.
Jo fa temps que faig més o menys el mateix, però no per temes d’ordre sinó perquè m’he engreixat molt. Tinc una habitació bastant gran i puc posar-hi una «burra» on hi tinc la mica de roba que em va bé. I als 3 armaris que no obro mai i tinc la roba que espero poder tornar a posar-me algun dia. L’esperança és l’últim que es perd diuen!
Me gustaMe gusta
Molt bon sistema. Tens la teva selecció actual tota junta, i a part la roba que recuperaràs quan t’aprimis. Gràcies per compartir-ho!
Me gustaMe gusta