Conseguir un armario relajante
En mis consultas y cursos me encuentro con personas frustradas porque no consiguen que su armario sea relajante y les dure ordenado. Normalmente, esto se debe a que no consiguen hacer el despeje previo de ropa y accesorios eficazmente. Aprovechan el cambio de estación para descartar algunas prendas pero se acaban deshaciendo de poca cosa, de manera que el cambio no es significativo. La ropa que no usan (o que usan aunque no les guste) continúa en el armario entorpeciendo cada mañana a la hora de decidir qué ponerse.
Esto tiene solución y la explico a continuación:
Para descartar, yo recomiendo disponer de mínimo tres horas sin distracciones ni música y tener la comida preparada, porque cuando acabes no vas a tener ganas de ponerte a cocinar. Cansa mucho, créeme.
Primero, tienes que proponerte qué aire va a tener tu armario: despejado? Relajante? Colorista?... Y qué estilo te propones: arreglado? Cómodo? Minimalista? No empieces sin la respuesta a estas preguntas, resiste a la tentación.
Cuando lo tengas claro, vacía totalmente el armario y pon toda tu ropa en la cama. La que tengas en otras habitaciones también. Entonces te centras en lo que vas a quedarte (no en lo que va a tirar). Coges las prendas una a una empezando por “las joyas de la corona” y si te ultraencantan te las quedas. El resto, lo separas para donar o tirar en bolsas de basura. Es mejor que hacer montones en el suelo. Cuando te bloquees pregúntate si guardar tal prenda te va a ayudar a tener el armario y el estilo que te habías propuesto inicialmente. ¡Este truco es poderosísimo!
Cuando acabamos la selección yo siempre pregunto a mis clientas si tienen suficiente ropa para vivir, o si necesitan recuperar algo que iban a donar. La respuesta siempre es sí, pero yo sigo preguntando, porque cuando reduces tanto (normalmente se desprenden del 70 % de su ropa) puede dar la sensación de que te quedas con demasiado poco. Aunque en realidad te quedas con lo mejor, que es lo que te ultraencanta y realmente te pones y disfrutas porque te reafirma.
Ahora solo te queda doblar la ropa en vertical, colocarla por categorías y ¡a sentir la liberación y el orden que perdura!