Organizar para dejar de ordenar
Veo a diario casas ordenadas aparentemente, pero con focos de desorden, como los armarios, los juguetes y una cocina agobiante. Las cosas no tienen un lugar concreto. Solo están ubicadas “donde caben”. El problema en estos casos es que la casa no tiene una organización general estructural. Es decir, las estancias no tienen una finalidad concreta.
A continuación te propongo una estructura de casa con sus palabras claves, que para mí simbolizan el propósito de cada estancia, para que puedas aplicarlo enseguida y acabes con el “tutti frutti” de trastos y objetos:
La entrada es el recibidor de la casa. Recomiendo solo un zapatero cerrado y un colgador para las chaquetas de las visitas. Cada miembro de la familia cuelga cada día su chaqueta en su armario y guarda bolso y mochilas en su habitación. Palabra clave: la bienvenida.
El dormitorio principal debería ser un sitio para dormir, el encuentro con la pareja y para vestirse. Tendremos básicamente ropa en los armarios y algunos objetos personales en la mesilla de noche, como un libro. Palabras: descanso & imagen personal.
El dormitorio de los hijos garantizará la máxima higiene si tenemos la ropa y los juguetes en muebles cerrados. Estarán a la vista solo los elementos ultrapreferidos de los niños para que la habitación tenga vida, pero que sea relajante a la vez. Paz y luz.
En el baño van solamente las cosas que estamos usando. Nos desharemos de las muestras de productos, botellitas de hoteles y maquillaje y cosméticos caducados. Tendremos las superfícies y suelo despejado para facilitar la limpieza. Agua & higiene personal.
La cocina requiere despeje y simplicidad para decidir cada día qué comemos, poder cocinar tranquilamente y recoger luego en un plis. La comida que no vemos no nos la comemos. En la cocina tendremos solo lo relacionado con nuestra nutrición. Palabra clave: salud & sabor.
El comedor y el salón son las zonas para el ocio y la familia. Allí podemos tener lo que no va en las otras estancias, como los libros, documentos, apuntes, fotos, recuerdos, decoración navideña, aparatos electrónicos, el material para nuestro hobby, instrumentos musicales y plantas. Para evitar la dispersión visual recomiendo cajas bonitas y todas iguales (puedes etiquetarlas para no confundirte). Compartir y disfrutar.
La consideración final que voy a añadir es que respetemos las finalidades de cada estancia y no mezclemos. Respetemos también el espacio de cada uno. Resistamos la tentación de imponer los juguetes de nuestra infancia en la habitación de nuestros hijos si ellos no les hacen caso, o de meter una caja con nuestra ropa en algún hueco que encontremos. Esto es de vital importancia para que la casa tenga una estructura clara y dejemos de reubicar las cosas de un lado para otro sin sentido.
Si quieres que escriba sobre otras estancias, como la galería, el despacho o el trastero, dímelo en los comentarios y me pondré manos a la obra. También me gustará saber qué simboliza cada estancia para ti y qué palabras clave te ayudan. ¡Gracias!