Cuando ya hemos hecho un buen despeje de documentos, papeles y papelotes, nos disponemos a guardarlos de forma que sea práctica, bonita y ocupe el mínimo espacio. Archivaremos nuestros papeles y documentos todos juntos, en un mismo sitio y así evitaremos la dispersión.
Como recomienda Marie Kondo, usaremos clasificadores de revistas de cartón, madera o plástico (aunque yo personalmente evito el plástico si puedo) para guardar los documentos en vertical. Podríamos tenerlos todos en el despacho, la sala o cerca de los libros, ya que ambos pertenecen a la categoría “papel”, si paramos a pensarlo. Ojo, que si en casa no tienes revisteros y te los vas a comprar, asegúrate de que sean suficientemente altos para que tus folios no sobresalgan.
Cada tipo de documento lo guardaremos dentro de fundas finitas transparentes (yo aproveché las que tenía de plástico de hace mil años) o portadocumentos de cartulina. Mejor que sean todos del mismo color y los etiquetes con su temática, así se verá más ordenado y homogéneo. Es decir, los contratos de seguros en una funda, las garantías en otra, historial de salud en otra, etc.
También existen otros sistemas de archivar el papel y cada cual tiene que encontrar su estilo. Existen unas cajas de lata con su asa, que tienen separadores de papel en el interior y una llavecita. A mí no me funcionan estas cajas porque me ocupan demasiado sitio y me parecen un armatoste, pero conozco personas que las usan y les van muy bien.

También están los carpesanos, como los que usábamos cuando estudiábamos. Tienen la ventaja de que se pueden guardar en vertical, lo cual ahorra espacio, sin embargo ocupan todo el grosor de sus anillas, que para mí es demasiado.
Finalmente, soy fan de los acordeones de papel. Los que están decorados me parecen preciosos. Peeeero, a mí no me resultan prácticos porque me cuesta un poco coger los papeles del interior y me da la sensación de que se pueden “perder” en el fondo los documentos pequeños, como los tiquets de compra que sirven como garantía. Además, como lo coloco todo en vertical en estantes, la forma del acordeón me desconjunta del resto de elementos y no me queda armónico.

Así que, a modo de conclusión, te diré que mi sistema predilecto desde hace años es el revistero con fundas transparentes dentro. Queda ordenado, homogéneo y limpio en la estantería y la foto global es muy relajante.
Un apunte final para acabar el artículo para que lo tengas en consideración. Los papeles que tienes a la vista “para no olvidarte” en el comedor, cocina o la entrada son también un foco de desorden. Los tienes a la vista porque quieres hacer la gestión o encargo correspondiente lo antes posible. Si embargo, mi propuesta es que lo guardes con los otros papeles que implican gestiones, como describo en este artículo, y te apuntes en la agenda (o bullet journal) el día que quieres hacer la gestión correspondiente. Esta es la forma de quitarse de la cabeza la gestión (pero sin olvidarse porque está agendada) y de quitar de en medio el papel que está por allí estorbando todo el día.
¡Gracias por la lectura!
Y como guardarias el material que puede servir pero que ahora mismo no usas? Como las fundas transparentes, carpetitas de carton, portafolios… Yo no tengo estudio y tenemos una libreria grande en el salon, por lo que todo el material de «papeleria» también lo he de guardar allí y no se si es mejor un revistero o una caja…
Muchas gracias por tus posts, me estan sirviendo un monton, me puse a ordenar porque somos un poco desastres y no queria transmitirles ese agobio a mis hijos y no sabia por donde empezar. Que bien poderte leer!!
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Yo tampoco tengo estudio y uso un revistero para 2 fundas y una carpetita que uso a veces. No guardo «por si acasos», los regalé. La caja puede ser útil para el material que sea más grande que el revistero. Pero ojo porque puede ser un iman de caos y acumulación. ¡Cómo me alegro de que te sirvan mis posts! A mí me sirve mucho que me cuentes esto :). Muchas gracias. ❤
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